Sobre mi
Mi misión
“El cuerpo como sostén de sí mismo”
Explorarme, trabajar con mi cuerpo a mi propio ritmo.
“La práctica del yoga nos permite despertar una conciencia integral sobre nuestro cuerpo, a través del conocimiento de nuestra musculatura, el desarrollo de la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la oxigenación y la calma mental. Pensar con el cuerpo, para que se muevan las aguas internas. Para cuidarse es necesario conocerse. Buscar el equilibrio entre todo aquello que somos y todo aquello que nos atraviesa. El trabajo, entonces, no se reduce solo al plano físico, sino que también involucra lo mental, por eso, el equilibrio entre ambas instancias es lo que nos permite un flujo de movimiento ordenado y progresivo. Te propongo un espacio de exploración corporal, cuidado y amoroso para que puedas habitar y habitarte entendiendo tus fortalezas y limitaciones, buscando fluir de manera cómoda.“
-Bárbara


Certificaciones
- Profesorado de hatha yoga – Fundacion Hastinapura
- Curso de respiración – El arte de vivir
- Especialización de yoga para niños – Play yoga
- Formación en flexibilidad segura – Flexibilidad segueta Argentina
- Curso intensivo en yoga con elementos – Agni yoga
- Formación en masajes deportivos – Idraet
- Formación en masaje tailandés – Centro Thaizen
En la actualidad curso mi segundo año de coaching ontológico en DPO consulting
Mis servicios
- Clases particulares
- Yoga para empresas
- Formación intensiva en yoga pre y post natal
Mi historia
En el año 1999, azarosamente, entré en una clase de Yoga porque mi padre realizaba un curso de filosofía en la Fundación Hastinapura.
Tanto el país, como yo , atravesábamos una fuerte crisis. No hallaba un trabajo estable, y los que conseguía eran de mucha carga horaria y muy mal pagos. Por otro lado, no trabajaba para nada lo corporal, estaba apagada, rígida y sobre todo tenía cero conocimiento de mi cuerpo, de mi ser en general, no me veía, no me registraba y eso se volcaba en todo lo que emprendía.
Entrar en aquella clase de yoga fue amor a primera vista. Nunca lo había experimentado. Explorarme, trabajar con mi cuerpo a mi propio ritmo. Si bien desde muy pequeña había realizado mucha variedad de deportes, artes marciales, deportes en equipo, siempre tenía la sensación de correr detrás de un ritmo que no era el propio. Durante la clase sentí una paz inmensa, la mente y el cuerpo tenían una separación a mi entender de aquel entonces, logré conectarme conmigo misma y experimentar un amor desbordante, comprendiendo que si me calmaba se lograba una especie de danza uniforme, que unificaban aquello que sentía separado. Era como entrar en mi misma y escucharme, escuchar a mi respiración, soltar el cuerpo al exhalar, contraer la musculatura inhalando, sentir cada fibra muscular, fue realmente revelador.


Gracias al yoga...
Encontré algo que me brindaba un bienestar íntegro, mucha tranquilidad y que me llenaba de herramientas para la vida cotidiana.
Al finalizar la clase, corrí a la recepción a buscar información sobre la formación para el instructorado y el profesorado.
Como en toda historia épica de amor, todo estaba alineado para que la inscripción se concretara esa misma semana, y a la siguiente ya estaba comenzando a cursar
Había llegado a probar esa clase justo en la semana previa al comienzo de clases. Y continué formándome para seguir mejorando y de esa manera poder expandir en mis clases lo aprendido. Encontrando además de bienestar propio una manera que me apasionaba de trabajar de manera independiente generando no sólo ingreso financiero sino educando a otras personas y acompañando amorosamente a conocernos desde un lugar alternativo
Comprendí entonces, que no hay una mente separada del cuerpo, que somos seres que emocionamos a cómo pensamos y eso es lo que refleja nuestro cuerpo.

